El cuadro colonial cae en el trébol pero le bastó para coronarse monarca.
En medio de un final bochornoso y patético, luego de que aficionados de Municipal invadieron la cancha al final del partido con la intención de agredir a los jugadores del equipo colonial, Antigua perdió 2-1 contra Municipal en el partido de vuelta disputado este sábado en el estadio de El Trébol, pero prevaleció la victoria 2-0 que consiguió en el primer partido disputado en el estadio Pensativo para coronarse bicampeón del balompié nacional.
Una final triste
Tanto en lo futbolístico, como por lo generado por algunos aficionados rojos al final del partido, la final fue triste, lamentable y patética del lado escarlata, ya que dentro de la cancha el cuadro edil dejó mucho qué desear y luego los fanáticos invadieron la cancha y trataron de agredir a los jugadores de Antigua, a sus mismos futbolistas y a los directivos que se encontraban en el palco.
Antigua vivió momentos difíciles en la final, ya que recibió un tempranero gol de César Calderón, pero luego supo soportar la fuerte, pero desordenada presión del cuadro escarlata, para no permitir el segundo gol rojo que hubiese significado disputar los tiempos extras para definir al campeón.
Los rojos proyectaron una pobre imagen, ya que se toparon, una y otra vez, con la sólida defensiva de Antigua comanda bien por Robinson Ortiz, Juan Osorio y José Mena, mientras que muchos de sus jugadores, como José Martínez, John Méndez, Pedro Altán, Cristian Hernández y Jefry Bantes ratificaron que no tienen el nivel para sacar adelante a Municipal en partidos cerrados como el que se disputó este sábado en el recinto munícipe.
Final triste y lamentable
Luego de que el árbitro Mario Escobar decretó el final del partido que sentenció el bicampeonato del cuadro antigüeño, algunos mal llamados fanáticos ingresaron en el terreno de juego e intentaron agredir a los jugadores de Antigua que se habían metido en un intercambio de palabras y de empujones con los elementos rojos.
Los jugadores antigüeños tuvieron que refugiarse en su camerino y la rápida intervención de los agentes de la Policía Nacional Civil evitó que fueran agredidos por los vándalos que invadieron la cancha sin mayores problemas.
Luego de no poder agredir a los aficionados de Antigua, los pseudo aficionados escarlatas se fueron en búsqueda de la directiva, comandada por Gerardo Villa, y pidieron su renuncia, al tiempo que les lanzaron varios objetos que generaron daños a algunos fanáticos que estaban cerca del palco.
Fue un final bochornoso, triste y patético generado por una afición roja que encontró con enorme facilidad el mecanismo para ingresar en el terreno de juego y proyectar una pobre imagen que daña al fútbol nacional.